Le llegó rápido la recuperación a Estudiantes. Con casi los mismos jugadores que actuaron en el clásico, aunque ahora recuperando la buena memoria, ayer le ganó con total justicia a San Lorenzo, con la virtud, además, de haber golpeado en los momentos justos.
Con un tanto de su goleador Mauro Boselli, en el amanecer del cotejo en el estadio Centenario quilmeño, y otro de su capitán Juan Sebastián Verón en el cierre del primer tiempo, hizo la ventaja ante los azulgranas, para luego manejar el trámite con la personalidad que lo caracteriza.
Dejó en claro que lo sucedido en el clásico fue producto de una mala tarde porque con la misma base, pero amigándose con la pelota y apoyándose en su afianzado funcionamiento colectivo, le infligió a la visita su segunda derrota consecutiva en el torneo Clausura.
Con esta actuación convincente, además, barrió con todos los cuestionamientos y dudas, esas que siempre sobrevuelan luego de un resultado negativo. Esos mismos jugadores, en cuestión horas, tuvieron su revancha, y salieron airosos.
Enseguida vino el reconocimiento de su entrenador Alejandro Sabella, que admitió claramente que "hubo orgullo, jugó bien y se recuperó. Todos necesitábamos reivindicarnos tratando de conseguir una victoria lo más pronto posible luego de la derrota del miércoles pasado".
Enseguida se le hizo la luz ayer porque a los dos minutos Sosa desbordó por derecha y metió el centro atrás para que Boselli, entrando por el medio, pusiera la pelota entre Migliore y su palo izquierdo.
El gol arrimó tranquilidad y, con ello, la posibilidad de afirmarse bien en el medio, con Verón parado bien de "5", pero fundamentalmente para amigarse con la pelota, clave en el funcionamiento de los "albirrojos".
Se sabe, lo que se potencia el andar de Estudiantes cuando asoman finos su capitán, Benítez, Carrusca y Sosa, ayer con el agregado de un movedizo y encarador Maxi Núñez.
Además, rápidamente, encontró un callejón por el sector izquierdo de la defensa sanlorencista, por donde podría progresar. Tanto Rusculleda como Aureliano Torres se vieron desbordados de continuo, y por eso sector apareció en el cierre de la etapa Verón para, tras una muy lucida gestión personal, sometiera a Migliore con un derechazo cruzado al palo derecho.
Tantas facilidades encontró por ese costado el local que el técnico Simeone sacó primero a Rusculleda y después a Torres, a fin de evitar los desbordes albirrojos.
Recién pasada la media hora de juego pudo San Lorenzo llegar hasta Orión, que fue a través de un remate de Bordagaray, tras elaborar una pared con el Kily González, pero que resolvió bien el golero local.
Dueño de la pelota y del trámite, Estudiantes le cedió la iniciativa a San Lorenzo en el complemento, pero no pasó por sobresaltos. La presión visitante se acentuó pero sin inquietar a Orión, tan bien parado estuvo el local del medio hacia atrás.
Y cuando Estudiantes retomó el control del balón, la visita se quebró psicológicamente y se entregó a su suerte luego que a los 27', por doble amonestación, se fue expulsado Gastón Aguirre.El ingreso de Matías Sánchez por Carrusca en el arranque del segundo tiempo le dio más marca al medio albirrojo que, de esta manera, pudo controlar mejor las evoluciones sanlorencistas.
Pero la clave de todo estuvo en que el equipo volvió a ser el de siempre, equilibrado, coherente, aplomado, con buen control de pelota y, persuadido en cuanto a cual era el camino a seguir.
Se tranquilizó tras encontrar rápidamente el gol y, a partir de allí, se tomó la revancha que buscaba desde el miércoles pasado, y para eso sacó de adentro su tremendo orgullo pero, esencialmente, su gran capacidad individual y colectiva. Y todo eso lo sufrió en carne propia San Lorenzo, que tuvo que resignarse a su suerte.
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