miércoles, 10 de febrero de 2010

CristianKilyGonzalez.blogspot.com: "Si se enchufa Verón, el partido es un robo" (CriticaDigital)

Estudiantes venció 2-0 a San Lorenzo, con una Brujita brillante. Al Pincha le alcanzó con un tiempo para elaborar una victoria merecida.
Estudiantes superó el dolor rápidamente. Venía de caer feo contra el adversario de siempre, de perder uno de esos partidos que no deben perderse, porque el que acabó festejando cuatro días antes lucía en su camiseta una franja azul sobre un fondo blanco. Clarito. Y aunque lo hecho en los últimos tiempos en el campo internacional le abrió un crédito inmenso ante propios y extraños, el Pincha en su conjunto (jugadores e hinchas) clamaba por sangre. Hubo sangre. Hay que ser preciso en esto: un minuto y cincuenta y cinco segundos después del arranque del encuentro de ayer con San Lorenzo, ya estaba uno a cero arriba. Estudiantes entró con pilas nuevas. Bastó que José Sosa pescara una bola en la mitad de la cancha, arrancara volcado por la derecha, metiera quinta y dejara perplejo a Aureliano Torres: le tiró la pelota por adentro y la fue a buscar por afuera. El paraguayo intentó una tímida resistencia pero no llegó a tapar el centro mortífero que el Principito lanzó al corazón del área. Casi como los aviones que vuelan por instrumento. De memoria. A todo tren entró Boselli, traído por su voracidad, arrastrado por su instinto asesino: toque seco y gol.
¿Y San Lorenzo? Ni se mosqueó. Siguió en lo suyo. ¿Qué era lo suyo? Un emplazamiento táctico largo, con un único hombre de punta, abandonado a su suerte entre los centrales de Estudiantes –Desábato y Cellay–, que no son nenes de pecho, precisamente. Todo un tiempo regaló el equipo del Cholo Simeone, llevando la bola como si se tratara del testimonio de una posta, a velocidad de minué. Con esquema de doble cinco (Kily González y Leiva) y dos laterales para todo servicio: quite y asistencia; más un medio punta rodeado de enemigos. La presencia de Bordagaray, allá arriba, adquiría entonces carácter testimonial. Demasiada burocracia, cero en dinámica.
¿Y el Pincha? El Pincha era la cara opuesta: aireaba la cancha, abría por las bandas, agrandaba el campo, creaba espacios donde parecía que no los había. Escogió la derecha para florearse, a espaldas del volanteo de Rusculleda y la irresolución de Torres.
Estudiantes manejó el trámite y lo liquidó cuando la gente del Bajo Flores le dejó una vez las puertas abiertas. Fue una obra monumental de Verón, apenas un instante antes de tener que irse al descanso. La Brujita corrió como si fuese un pibe por el callejón que ofrecía San Lorenzo en tres cuartos de cancha, se llevó a la rastra a Bottinelli y sacó un cañonazo terrible antes de pisar el área chica. Golazo y 2-0.Ese tanto marcó el pico más alto de la Brujita, aunque antes y después dio una clase magistral de administración del tiempo, de manejo del ritmo. A veces, con Verón es robo.
El segundo tiempo fue un trámite, un reeditar de la duda eterna sobre si el origen está en el huevo o en la gallina. Con un par de cambios en la alineación, San Lorenzo se adelantó 10/15 metros en el rectángulo; visiblemente satisfecho con el resultado, tanto como con el devenir del juego, Estudiantes se echó atrás 10/15 metros. ¿Cuál acción fue consecuencia de la otra?Los cuervos amenazaron con picar. En rigor, molestaron bastante, pero carecieron de contundencia. En el aire flotaba la sospecha de que en lugar del descuento, pese a los merecimientos, iba a llegar el tercero. Máxime luego de que Gastón Aguirre le metió un patadón de aquellos a Boselli y dejó a su equipo con diez. Pero la sangre no llegó al río. Sirvió, eso sí, para suturar la herida abierta el miércoles en el Bosque con la derrota frente a Gimnasia.
Unos y otros dejaron Quilmes con panoramas bien diferentes. Estudiantes parece estar para pelear arriba en el torneo local y comienza a andar la cuesta para defender la Copa Libertadores que ganó en 2009. San Lorenzo suma su segunda derrota consecutiva en el Clausura y sólo puede jactarse de haberle marcado un gol a Atlético Tucumán en el debut en este torneo. Por ahora, es puro proyecto, en una carrera que exige resolver rápido porque este campeonato hay que terminarlo en mayo: se viene el Mundial. No hay tiempo para lágrimas.

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