“Creo que Chile está en condiciones de hacer un buen papel en la Copa del Mundo de Sudáfrica”, dice Guillermo Páez, el caudillo de Colo Colo 1973 que enseguida advierte: “Para eso debe pelear por el primer puesto de su grupo. Con 34 equipos en la primera fase, los mundiales se van armando en la segunda. Así lo hicieron Inglaterra en 1966, Alemania en 1974, Italia en 1982 y Brasil el 2002”.
El ex volante de contención señala que la selección de Marcelo Bielsa ofrece algunas desventajas: “Es un plantel muy joven. En Alemania Federal 1974, nuestro equipo tenía un promedio de edad de 28 años: Leopoldo Vallejos, Rolando García, Elías Figueroa, Alberto Quintano, Antonio Arias, Juan Rodríguez, yo, Carlos Reinoso, Sergio Ahumada y Leonardo Véliz éramos de 1945 y 1946; Francisco Valdés y Guillermo Yávar, de 1943. El más joven era Carlos Caszely, de 1950”.
Páez agrega que, “tal como los terremotos, cada 10 ó 15 años en Chile se da una hornada de buenos jugadores. Ocurrió con el Ballet Azul, Colo Colo 1973, eliminatorias 1981 y 1998. Lo que echo de menos es un zaguero central de calidad, como Raúl Sánchez, Figueroa, Quintano, René Valenzuela, Fernando Astengo… Alguien que por jerarquía y personalidad dirija y ordene la defensa”.
Según Páez, el mejor futbolista de Chile es Jorge Valdivia, pero no será titular: “Me meto en la cabeza de Bielsa y pienso que jugará Matías Fernández porque él auxilia a Carlos Carmona, quien no sabe pisar la cancha. Carmona necesita que lo apoye Fernández en el centro, Alexis Sánchez en la derecha y Mark González en la izquierda. Valdivia no llega a esa posición y aunque sea 10 ó 20 veces más genial que Fernández en el pase gol y en la finiquitación, Bielsa lo va a sacrificar. Cuando dirigió a Argentina en Corea-Japón 2002, Bielsa sacrificó a un goleador como Hernán Crespo para poner al Kily González detrás del Piojo López y delante de Juan Pablo Sorín”.
Destaca Páez el trabajo que realizan Sánchez y González. “El despliegue físico de ambos es impresionante. Juegan de punteros y sin la pelota bajan de inmediato al mediocampo. Jean Beausejour hace lo mismo. Creo que Hugo Droguett perdió su opción porque transportaba la pelota”.
Páez argumenta que la estructura de un equipo la marcan el arquero, el defensa central y el volante de contención. “Si ellos se entienden, lo demás se hace más fácil. Con Luis Álamos hacíamos muchos ensayos de cuatro defensores contra cinco, seis, siete y hasta ocho delanteros. Transcurría mucho tiempo antes de que nos convirtieran un gol. ¿Que “el Zorro” era defensivo? ¿Cuántos entrenadores habrían puesto juntos a “Chamaco” Valdés, Caszely, el “Negro” Ahumada y el “Pollo” Véliz? Álamos fue un adelantado, por ejemplo en el partido con la Unión Soviética en Moscú, 0-0 en 1973, utilizó dos volantes de contención: Juan Rodríguez desde el centro hacia la derecha y yo desde el medio hacia la izquierda. Ya lo había hecho en 1970 en Lota Schwager, conmigo y Alfonso Lara. Más tarde, los argentinos bautizaron como el doble 5 a poner dos volantes de contención”.
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