La práctica matutina de ayer arrojó un saldo positivo para Héctor Rivoira. Porque el DT podrá contar para su debut en el banco auriazul con dos piezas que considera clave como son los casos de Cristian González y Javier Toledo.
Ambos se recuperaron de sus respectivas dolencias, entrenaron con normalidad en el trabajo táctico ordenado por el Chulo en el Gigante y están a disposición para enfrentar mañana, a las 21.05, a Instituto, en Arroyito. Claro que lo más factible es que el Kily vaya desde el arranque y Toledo integre el banco de los relevos. Igual, el equipo será confirmado recién el día del partido por el flamante DT auriazul.
El Kily sintió una molestia en el aductor derecho el jueves y el viernes entrenó diferenciado. Pero ayer participó sin inconvenientes del ensayo táctico y las jugadas con pelota detenida que ordenó Rivoira y eso le abre la puerta de par en par para ocupar el doble cinco junto al Pulpito Diego González. Mientras que Toledo se repuso de un esguince en la rodilla derecha que le provocó una distensión leve en el ligamento lateral externo y lo más factible es que ocupe un lugar entre los relevos.
Así Rivoira tendrá a disposición a dos soldados que considera clave para afrontar su primer desafío por los puntos como conductor auriazul. Claro que todo indica que el Kily estará de entrada y Toledo lo hará como relevo. Igual habrá que aguardar hasta minutos antes del partido para certificar la alineación. Porque Toledo podría ser el acompañante de Figueroa y Medina retroceder al puesto de Zarif.
Igual en el equipo no habría mayores sorpresas y salvo algún imprevisto los once serán: Jorge Broun; Roberto Guizasola, Nahuel Valentini, Diego Braghieri y José Shaffer; Omar Zarif, Diego González, Kily González y Jonatan Gómez; Antonio Medina y Luciano Figueroa.
Este es el equipo por el que terminó de optar Rivoira luego de quince días de intensos trabajos tácticos, ya que no hubo competencia el fin de semana pasado por el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner. Parece que pasó una eternidad desde la desvinculación de Reinaldo Merlo, pero lo cierto es que Central todavía no volvió a jugar desde aquella dolorosa derrota ante Boca Unidos en Corrientes, lo que decretó el punto final del ciclo de Mostaza.
Rivoira aceptó el desafío de tomar el fierro caliente que es encauzar el ascenso de Central, apostó por darle un perfil más ofensivo al equipo y además hizo hincapié en renovarle la confianza al plantel y levantarle la moral al grupo.
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