El delantero explicó en Zapping Sport por qué no exteriorizó el festejo por el gol del triunfo ante Tiro. "Lo grité por dentro para sacarme esa bronca mía y lo festejé con el Kily porque me dio todo su apoyo", contó el goleador, que comentó que en el momento de la ejecución "el arco parecía de siete".
Luciano Figueroa es un goleador de raza. Y como tal, está acostumbrado a gritar goles. Pero el sábado no exteriorizó el festejo por su tanto ante Tiro Federal, un gol muy significativo para el presente de Central. Y este domingo, en Zapping Sport por Canal 3, contó por qué se decidió a patear y cuál fue el motivo de ese no festejo.
"No lo grité mucho, es verdad: lo grité por dentro, para sacarme esa bronca mía", dijo Lucho. "Lo festejé abrazado con el Kily porque me apoyó mucho. Antes del penal me preguntó si le quería pegar y él es un referente que agarra siempre la pelota. Me dio unas palabras de apoyo dentro de la cancha y me dieron unas ganas bárbaras de patearlo", agregó.
No era el momento más cómodo para patear un penal: el estadio hervía y los hinchas ya habían reclamado con insultos por un triunfo. Pero a Figueroa le sirvieron las palabras de aliento de algunos compañeros, y en especial del Kily: "Se lo agradecí porque había errado goles, nos estaban insultando y él y el Pulpo me bancaron. Todos los compañeros nos bancamos a morir: me tiraron para adelante y eso uno lo siente y lo agradece", declaró..
Sobre las críticas de la hinchada y los insultos del primer tiempo, Luciano señaló: "Es entendible por lo que se viene pasando. Pero son momentos que nosotros vivimos muy unidos, bancándonos entre todos: los que hacen un pase mal, o una jugada mal, o como yo, que me tocó errar goles, nos apoyamos y por eso salimos adelante".
"Soy el primero que hace autocrítica, no soy de esos tercos que no quieren saber nada con los errores: yo asumo la responsabilidad, dije hace algunas semanas que me sentía responsable", continuó el artillero. "Pero esto es fútbol y he vivido este tipo de momentos y también otros en los que la metés pegándole hasta con la rodilla", añadió.
Finalmente, Figueroa contó por qué se decidió a patear el penal en semejante momento: "El técnico desde que llegó me dijo que a él le gustaba que los delanteros patearan los penales, y uno con eso agarra confianza. El día anterior había pateado un par de penales y los había metido; en la charla el técnico me dio esa confianza y por eso me decidí. Era un momento complicado y salió bien. Per el arco parecía de siete, ja", cerró.
"No lo grité mucho, es verdad: lo grité por dentro, para sacarme esa bronca mía", dijo Lucho. "Lo festejé abrazado con el Kily porque me apoyó mucho. Antes del penal me preguntó si le quería pegar y él es un referente que agarra siempre la pelota. Me dio unas palabras de apoyo dentro de la cancha y me dieron unas ganas bárbaras de patearlo", agregó.
No era el momento más cómodo para patear un penal: el estadio hervía y los hinchas ya habían reclamado con insultos por un triunfo. Pero a Figueroa le sirvieron las palabras de aliento de algunos compañeros, y en especial del Kily: "Se lo agradecí porque había errado goles, nos estaban insultando y él y el Pulpo me bancaron. Todos los compañeros nos bancamos a morir: me tiraron para adelante y eso uno lo siente y lo agradece", declaró..
Sobre las críticas de la hinchada y los insultos del primer tiempo, Luciano señaló: "Es entendible por lo que se viene pasando. Pero son momentos que nosotros vivimos muy unidos, bancándonos entre todos: los que hacen un pase mal, o una jugada mal, o como yo, que me tocó errar goles, nos apoyamos y por eso salimos adelante".
"Soy el primero que hace autocrítica, no soy de esos tercos que no quieren saber nada con los errores: yo asumo la responsabilidad, dije hace algunas semanas que me sentía responsable", continuó el artillero. "Pero esto es fútbol y he vivido este tipo de momentos y también otros en los que la metés pegándole hasta con la rodilla", añadió.
Finalmente, Figueroa contó por qué se decidió a patear el penal en semejante momento: "El técnico desde que llegó me dijo que a él le gustaba que los delanteros patearan los penales, y uno con eso agarra confianza. El día anterior había pateado un par de penales y los había metido; en la charla el técnico me dio esa confianza y por eso me decidí. Era un momento complicado y salió bien. Per el arco parecía de siete, ja", cerró.
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