martes, 19 de octubre de 2010

CristianKilyGonzalez.blogspot.com: "Central no aprovechó el envión y sólo empató"

A pesar del empate, Central se fue con las manos vacías. El conjunto de Reinaldo Merlo no aprovechó su chance de despegue y el empate de anoche 1-1 con Independiente Rivadavia de Mendoza lo deja nuevamente en zona de desazón y reclamos. Es que era la oportunidad propicia para construir un gesto futbolístico confiable que lubrique los vínculos entre el equipo, su conductor y la gente, y el intento cayó en una red de aturdimiento e impericia. Un verdadero desperdicio.

   Después de 10 minutos de vaga ilusión, los canallas se fueron desdibujando y exhibieron notables limitaciones para generar juego y lastimar al adversario. Central nunca fue suficiente, no pudo respetar su libreto y el Gigante de Arroyito se convirtió en una auténtica hoguera cuando Caballero aprovechó un rebote de Broun y marcó la ventaja promediando el complemento.

   Ni el corazón valiente del Kily, ni el oficio de Zarif, ni los tres delanteros del segundo tiempo, ni Rivero, ni Medina. Nada pudo sacar a los auriazules de su confusión. La falta de fútbol parece una cuestión estructural que tiene que ver con los ideales de juego y no depende solamente de los sistemas tácticos ni de los nombres propios.

   El equipo dirigido por Merlo no pudo sacarle rédito al interesante esbozo que fueron los últimos 45 minutos ante Chacarita en la fecha pasada. No usó ese envión para ir por más. El caudal de confianza que traía lo dilapidó con una noche de absoluta desprolijidad.

   Más allá de algunas oportunidades desperdiciadas en la etapa inicial, lo más rescatable de Central fue que cuando estuvo abajo en el marcador mostró una sana vergüenza para enderezar la balanza. Ante tanta presión que bajaba crudamente de las tribunas surgió al menos el fuego sagrado para empardar el duelo y reanimar sus ambiciones.

   Medina, el delantero que tanto pedían los hinchas, se movía por todo el frente de ataque para fabricar errores ajenos. Toledo luchaba contra sus marcas para encontrar huecos que nunca aparecieron para él. Por su parte, Lucho Figueroa no daba una por perdida y merodeaba el área mendocina con su sed de conquista. Pero el que pudo apagar el incendio fue Paglialunga, quien a los 76 minutos, tras un remate venenoso del Kily González desde la izquierda y un mal rechazo de la defensa visitante, llenó de pólvora su botín y remató alto y cruzado para establecer una igualdad que tampoco llegó a conformar con plenitud.

   Es que todos los que estuvieron anoche en el Gigante de Arroyito llevaron otras expectativas. Fueron a ver a un Central que se anime a crecer en su juego y a trepar en la tabla de posiciones. Y el insípido empate ante la Lepra mendocina lo deja a medio camino de todo. Definitivamente lejos de las certezas y con muchas dudas. Acorralado en sus incertidumbres estéticas. Mareado por la falta de decisión para expresar un salto de calidad que se hace esperar más de la cuenta.

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