viernes, 5 de marzo de 2010

CristianKilyGonzalez.blogspot.com: "Racing acertó una vez y consiguió un desahogo largamente esperado" (CanchaLlena.com)

Sin ser superior a pesar de tener un jugador más durante 35 minutos, le ganó 1 a 0 a San Lorenzo con un gol de Hauche en posición adelantada.
Tres derrotas consecutivas habían hecho saltar todas las alarmas en Racing. La desesperación y las urgencias tan habituales en la Academia acabaron rápidamente con Claudio Vivas. Racing buscó un revulsivo con la contratación de Miguel Angel Russo, que anoche debutó con un triunfo que trajo desahogo y cierto alivio estadístico, aunque las limitaciones futbolísticas siguen vigentes.
Racing, dentro una producción que nunca pasó de lo discreto, se benefició con dos hechos concretos: la expulsión de Bottinelli, lo cual le permitió disputar 35 minutos con un jugador más, y la equivocación de Pezzotta al no sancionar offside en el gol de Hauche, que tomó un rechazo de Migliore tras un cabezazo de Lugüercio.
No les faltaron intensidad e ímpetu, pero esos atributos, por sí mismos, fueron insuficientes para que Racing y San Lorenzo sentaran en el primer tiempo las bases del despegue que se impusieron para el clásico. Racing cambió de director técnico y también de planteo. El 4-4-2 que dispuso Russo recortó los riesgos que asumía Racing con la conducción de Vivas. La Academia tuvo las líneas más juntas, fue más cautelosa y evitó exponer a una defensa que venía mostrando muchas grietas.
Fue interesante el comienzo de Racing, al menos en movilidad y despliegue. Castromán no fue el enganche que se anunciaba, sino que ocupó la franja derecha. La búsqueda de Racing no llegaba a ser profunda; con dos delanteros (Lugüercio y Hauche) con tendencia a moverse por sectores externos, Racing se quedó sin referencia en el área, ya que Russo optó por sentar en el banco a Bieler.
De a poco, a partir de los 20 minutos, San Lorenzo equilibró el desarrollo y fue superior. Cobró importancia el trajinar de Rivero y el Kily González por los costados, y así les empezó a llegar más la pelota a Alfaro y Gómez. Romagnoli era el llamado a cubrir el déficit de juego que admitió Simeone, pero el Pipi estuvo intermitente. Sin ser mucho más claro que su rival, el Ciclón mostró algo más de profundidad, aunque sin la efectividad necesaria. Al menos De Olivera pasó a tener más trabajo que Migliore, que sólo debió estar atento a un remate de media distancia de Castromán. De Olivera debió exigirse bastante para desviar al córner un remate de Alfaro, que había combinado con Papu Gómez.
Racing había resignado la iniciativa y soportaba que el partido se jugara más en su campo. San Lorenzo no estuvo sereno ni preciso en los últimos 25 metros, lo cual no impidió que dejara una mejor imagen en el balance de la primera etapa. También quedó la impresión de que pudo haber sido perjudicado por Pezzotta, que no advirtió dos empujones dentro del área (uno de Aveldaño a Romagnoli y otro de De Olivera a Alfaro).
A los dos les costaba llegar al área y crear situaciones de gol; se dependía mucho de los remates de media distancia. Por esa vía intentó el Kily González al comienzo del segundo período, con un tiro cruzado que salió apenas desviado.
Pasaba poco y el partido tuvo una circunstancia que alteró los esquemas: la expulsión de Bottinelli, que recibió una amonestación por un fuerte foul a Lugüercio e inmediatamente vio la roja tarjeta roja por un exceso verbal. Los técnicos reacomodaron piezas. Simeone procuró mantener la seguridad defensiva con el ingreso del zaguero Meza por Romagnoli. Russo se decidió por un ataque más agresivo con la entrada de Bieler por un volante (Wagner).
Racing se sintió más obligado a buscar el triunfo. Un cabezazo de Lucero, cerca del área chica, salió por encima del travesaño. Papu Gómez entraba poco en juego y le dejó su lugar a Menseguez, que entró con la misión de imponer su velocidad ante el adelantamiento local. A Racing le faltaban juego y conducción, alguien que abriera caminos con un pase. Grazzini entró para cubrir esa carencia, pero tuvo poco contacto con la pelota. San Lorenzo, que no pasaba por tantos apuros defensivos, refrescó el ataque con el ingreso de Bordagaray por Alfaro.
El clásico se consumía en una impotencia compartida. Se encaminaba a un empate, salvo que mediara una equivocación. El error lo cometieron Pezzotta y uno de sus asistentes al ignorar el offside de Hauche. Fue para felicidad de Racing, que no sabía cómo ganar.

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