No le daban los tiempos a San Lorenzo. A una semana del nacimiento del torneo, se había quedado sin su jugador estrella, Bergessio. Y, para colmo, los refuerzos llegaron tarde. Recién anoche pudieron debutar el Kily González y Jonathan Bottinelli. Recién después del receso por las Eliminatorias estará a punto Romagnoli. Recién ayer llegó al país Cvitanich. Pero tampoco le daba el fútbol al equipo de Simeone. Mostraba actitud. Le faltaba mayor precisión en el juego. Hasta que Romeo la bajó con el pecho y habilitó a Sebastián González. Y el rebote de Ibáñez volvió a los pies del pibe. Y Sigali se disfrazó de arquero. Penal. Gol de Papu Gómez. Empate. Justo por la búsqueda azulgrana.
Es que Godoy Cruz se replegó demasiado en el complemento. Y San Lorenzo buscó con todo.
Si Simeone hasta sacó a su amigo y volante, el Kily, para poner a Bernardo Romeo, por quien los hinchas habían pedido a los gritos en el final de la primera etapa. Sin embargo, no acertaba al arco. Cada aproximación al área moría en centros a los guantes de Ibáñez o tiros por encima del travesaño. Entonces, ese dominio y la aceleración que imponía en los últimos metros no eran fructíferos para los visitantes. Hasta el final, claro.
Simeone demostró que no es afecto a esa frase hecha, la del equipo que gana no se toca. Por el contrario, sacó a Chaco Torres y mandó al pibe Axel Juárez junto a Cristian Leiva para ocuparse de la contención y apostó a la experiencia del Kily por la banda, en lugar de Fabián Bordagaray. Lo que no pudo hacer fue encontrar un sustituto para Bergessio, que se mudó con sus goles a Francia. Mucho menos, si Juan Carlos Menseguez es el único punta. Livianito, el Rayo sufrió adelante y desperdició un mano a mano ante Ibáñez por demorarse. El arquero, rápido, se arrojó encima de la pelota.
Lo que hizo pesar Godoy Cruz en el primer tiempo no fue la jerarquía de sus jugadores, sino el funcionamiento de un andamiaje que ya había expuesto en La Plata, durante el éxito ante Gimnasia. Siempre intentó salir jugando. No buscó el pelotazo, un vicio en San Lorenzo. Y se impuso claramente en la mitad de la cancha, un sector donde Juárez fue deglutido por el doble cinco mendocino. Pero el gol llegó tras una jugada viciada. Es que, sobre el círculo central, Higuaín se llevó la pelota con la mano cuando la tenía dominada Aureliano Torres. Y le puso un pase exacto a Jara, de gran cintura para sacarse de encima a su marcador y rematar. Migliore tapó con su pierna derecha. Pero Aguirre tuvo que mandarla al córner. Y de ese tiro de esquina nació la apertura. Porque el centro, peinado por Sigali, encontró a Daniel Vega solito en el segundo palo.Nadie esperaba una postura tan mezquina de Godoy Cruz. Pero se acurrucó contra Ibáñez y lo pagó. Y San Lorenzo, zafó.
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