Quiso estar como sea porque entendió que la causa lo ameritaba. Además así se lo dictaba su guerrero corazón. Pero terminó cumpliendo un pobre papel. Cristian González jugó lesionado. Y se notó. La dolencia en la zona intercostal derecha lo terminó condicionando a la hora de la verdad. El Kily trató de aguantar lo más que pudo o hasta donde pudo. Igual, se bancó casi todo el partido (salió recién a los 75’ para que ingresara Chitzoff), pero su presencia no gravitó demasiado a la hora de mirar hacia el horizonte rival. Aunque el triunfo de Central, tan necesitado como buscado, terminó dejando algunas dudas para el análisis interno de cara a lo que viene. Esta vez el Kily dejó la cancha con una alegría, aunque en la intimidad sabe que haber jugado en desventaja física podría haberle pasado alguna factura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario