domingo, 10 de mayo de 2009

Central se quedó con algo más que un empate clásico (TyCSports.com)

Newell´s lo ganaba con un golazo de Formica y dominaba a su antojo, pero Russo metió mano y, con el Kily González como estandarte, su equipo reaccionó y alcanzó la igualdad a través de un cabezazo de Zelaya. Así, el Canalla sigue en zona de Promoción pero mantuvo la distancia sobre Gimnasia LP.

El Gigante de Arroyito rebosante de público expectante de albergar al clásico que divide Rosario en dos y Central y Newell´s que se juegan mucho más que tres puntos para el Torneo Clausura. Sin un favoritismo marcado, el desenlace se presentaba como una gran incógnita que no tardaron en develar.

Ni bien comenzó el partido, los de Roberto Sensini tomaron la iniciativa evidenciando tener bien en claro la premisa pregonada por su entrenador. Con Armani y Salcedo metidos entre los centrales y desconcertando con sus diagonales constantes, Vangioni y Formica se presentaron enseguida como los dueños de la pelota.


La solidez aportada por la línea de tres (Spolli, Schiavi e Insaurralde), más el despliegue de los volantes que se imponían en la batalla en el mediocampo, generó la certeza en el Gigante de que la ventaja estaba al caer para la Lepra. Así, Vangioni inquietó desbordando por izquierda y probando desde afuera hasta que Formica sacó un derechazo a 35 metros del arco y se clavó en el ángulo de Broun. 1-0 y la ventaja para la visita que no sorprendió a nadie.

¿Central? Sin rumbo ni ideas, el equipo de Russo acusó recibo del experimento al que recurrió su entrenador para reemplazar a Ezequiel González. Jesús Méndez recostado sobre la izquierda dejó en claro que no se siente a gusto sobre la banda, mientras Kily González y Borzani no hacían pie en la mitad. Así, con Moreno y Fabianesi sin gravitar por derecha, los dos puntas quedaron aislados y eran fácilmente presa de una defensa que ganó en solidez con el correr de los minutos.

El gol no cambió la ecuación. Si bien Newell´s cedió en parte la tenencia de la pelota, el Canalla la tuvo más pero nunca supo qué hacer con ella. Abusaron de los centros y nunca llegaron a inquietar seriamente el arco bien defendido por Peratta.

Lo mejor que le podía pasar al conjunto de Russo era que llegara el pitazo de Baldassi. Por eso, el entretiempo se revistió de un carácter decisivo para que Central cambiara su juego y se animara a soñar con torcer el rumbo del clásico. Porque Russo notó las falencias de su planteo y se decidió a cambiarlas.

El Kily hizo gala de todo su amor propio, y a pura garra comenzó a liderar la remontada de su equipo. Él se adelantó en el campo y su equipo lo acompañó. El ingreso de Franzoia ayudó a retener las subidas de Vangioni y Central comenzó a presionar.

Sin ideas ni demasiado fútbol, el capitán comenzó a formar sociedades con Méndez, que creció a pesar de no estar en su posición natural, y Russo volvió a ayudar decidiendo el ingreso de, José Vizcarra primero, y Pablo Lima después. Así, el problema que presentaba el estatismo de Caraglio y la cancha cambiada para Pablo Álvarez por izquierda fueron resueltos.

La contra se presentó como una tentación irresistible para Newell´s, que se tiró atrás y se decidió a salir rápido. Pero las dos claras que tuvo terminaron en las manos de Broun, de muy buena labor. Por eso, el empate seguía siendo posible. Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe.

En uno de los tantos centros canallas, el Chino la bajó para el medio del área y Zelaya entró solo para poner el frentazo, decretar el empate y desatar el delirio del Gigante de Arroyito. Y no parecía que no se conformaba con el punto Central, por eso los últimos diez minutos prometían más emociones.

Pero ya ninguno tuvo la fuerza de ir por la victoria. Algunos centros amenazaron con quebrar la igualdad, pero el 1-1 se mantuvo inalterable. Central se fue conforme por la muestra de carácter que dio en la segunda mitad y por haber mantenido la distancia sobre Gimnasia LP, mientras que Newell´s se atará a lo hecho en la primera mitad, y deberá buscar cómo extenderlo a los 90 minutos.

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