martes, 26 de mayo de 2009

CristianKilyGonzalez.blogspot: "Juego contra fuego" (Olé)

Huracán dio una lección de templanza ante la dureza de Central y tuvo a Pastore para conseguir un gran triunfo. Sufrió al final porque le cuesta cerrar los partidos.
Si jugás con fuego... En una caldera como siempre lo es el Gigante de Arroyito, Central cometió un error central (y vale la redundancia). No es ningún pecado tratar de impedir el juego del rival, sí las formas. Así, antes de los 10 minutos, ese Central tenía un gol en contra, un jugador menos y varios más al límite por una cadena floja.
Es natural meterle garra y corazón a una lucha como la que sostienen los muchachos de Russo; va a contramano de sus propios intereses el golpe innecesario. ¿O no, Burdisso? ¿O no, Lima? ¿O no, Méndez más allá del esfuerzo impresionante?
La gran lección que dio Huracán fue jamás entrar en ese juego de roces y fue Bolatti el que predicó con el ejemplo. Lo buscaron desde el Kily hasta algún plateísta, pero la reencarnación de Marangoni en el Siglo XXI no entró en ninguna.
Pero claro, como no se gana sólo con frialdad, está Javier Pastore. Fue un show el primer tiempo de Huesito. Un gol (gran definición de zurda), una media vuelta en el travesaño y dos asistencias tan simples como geniales que despilfarraron Medina y Toranzo. Si Huracán tuviera un 9 efectivo, sería puntero con ventaja. Mucha ventaja.
Pero no lo tiene y tampoco tiene esa fiereza defensiva y colectiva para cerrar un partido 2-0 y 11 contra 10. Por eso el sufrimiento final, el drama en cada centro rival. Aunque nobleza obliga, también vale el amor propio de Central. Que mantuvo el cuchillo entre los dientes pero dejó a un costado la lucha innecesaria por un empuje valioso y valiente. Así estuvo a tiro del empate. El problema fue que jugó con fuego y terminó quemado por el juego de Huracán y de un tal Pastore.
(Fotos: RosarioCentral.com)

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