domingo, 3 de mayo de 2009

Ya lo ve, ya lo ve, es el equipo de Miguel (Olé)

Central jugó un tiempo como quería el Equi González: fue al frente y se llevó un triunfazo de Jujuy para alcanzar a Racing en el promedio. El Lobo, en el abismo.
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Cara y ceca. Un tiempo como pedía el Equi González antes de la llegada de Russo, con un Central protagonista y ofensivo, y otro con un equipo aguerrido y con una defensa casi imbatible, bien al estilo Mostaza Merlo. Con eso le alcanzó al Canalla para superar a un Gimnasia de Jujuy que no levanta cabeza y que ayer sufrió una derrota de ésas que parecen la mano definitiva, la del nocaut. Porque si bien el visitante apenas llegó al gol gracias a una pelota parada (golazo de tiro libre de Ezequiel González), el team de Héctor Arzubialde jamás se mostró entero anímicamente para dar vuelta el resultado, ni siquiera cuando jugó el último cuarto de hora del partido con un hombre de más. Eso, más allá de otro revés en el resultado, es lo que genera aún un mayor miedo a perder la categoría. No hay reacción.

Sí la hay en los de Miguel Russo. Fecha tras fecha. Mutando de identidad y de entrenador, siempre consigue puntos. Antes con un juego bastante menos vistoso (al menos comparado con el del primer tiempo de ayer en Jujuy) y una línea de cinco defensores, ahora con la experiencia del Kily y el Equi para manejar las revoluciones. Así sumó 17 de las últimas 24 unidades, ya alcanzó en los promedios a Racing (que juega hoy contra Arsenal) y llega diez puntos a la próxima fecha, nada menos que el clásico frente a Newell's.

Y también es práctico este Canalla que quiere zafar de jugar la Promoción. Ayer, más que brillante, fue inteligente. Justificó la ventaja en el primer tiempo, con un Equi González lúcido para hacer jugar a sus compañeros y que, de no haber sido por la tonta expulsión que sufrió sobre el final del partido por irse de boca con Collado, hubiese sido lo mejor de la cancha junto con la dupla de centrales, que despejó todo por arriba y por abajo.

¿Qué le faltó al local para evitar la derrota? Lo de siempre, que no es poco y que a esta altura lo paga carísimo. El Lobo jujeño llega hasta el arco rival pero no patea al arco. No tiene a un delantero de área que transforme en gol lo que la buena línea de volantes genera. En mayor o menor medida, Ricky Gómez y Pieters tocan y llegan al fondo, Ferradas se mueve por el frente de ataque y todo muere en la nada. Así fue el desarrollo del complemento, con un cabezazo del ex Platense como única jugada de riesgo para el arco de Broun. Ni Miranda, Calandria y Arraya le dan al equipo ese salto de calidad que le podría permitir soñar con permanecer en Primera, algo que cada día se ve más posible en Rosario.

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