lunes, 11 de mayo de 2009

Una explosión de felicidad y de bronca (LaNación.com.ar)

Newell´s era muy superior y ganaba 1 a 0 con un golazo de Formica, pero a diez minutos del final Zelaya, de cabeza, empató el partido para Central; el clásico rosarino, pese al 1 a 1, tuvo ganadores y perdedores.
El clásico gira mágico y misterioso. Pasa de la pasión al sufrimiento. De la guerra verbal de los dirigentes en la semana previa al carnaval que desatan los hinchas de ambos clubes en un ritual casi único en la Argentina. Mágico porque nadie escapa al influjo, misterioso, porque sus consecuencias son impredecibles. Dentro de la cancha, todo ocurre de la misma manera. Es una montaña rusa de angustia, felicidad, desahogo, alegría y frustración. Cada uno lo vive a su manera.
Newell´s estuvo más cerca de la victoria. Muchísimo más. Contó con la capacidad para superar a un rival, por momentos apichonado, que no mostró armas valederas. Pero no ganó. No pudo, no supo, no acertó. Por eso le valen todas los adjetivos antes descriptos.
Central estuvo cerca de caer derrotado. Lo que no pudo hacer como equipo lo hizo un hombre solo. O dos, mejor dicho. Uno de ellos, el siempre cuestionado Jorge Broun, que fue la gran figura del encuentro, con cinco tapadas gigantes.
Y después, uno que contagió su personalidad, Cristian González. Por él, el local tuvo una reacción, que sus compañeros entendieron en parte. Si alguien merecía no perder, ése fue el ex volante de la selección.
En diciembre del año pasado, y luego de sufrir una dura lesión ligamentaria frente a Tigre, el Kily estaba más cerca de irse que de quedarse. Horacio Usandizaga había dado la orden de rescindirle el contrato. Pero él no se rindió.
Aguantó maltratos públicos de algunos dirigentes, críticas despiadadas de muchos hinchas y el silencio cómplice de Gustavo Alfaro. Pero no. Cristian González está hecho de otra madera: de la que no se rinde nunca.
Por eso, como hincha, como jugador, como líder del grupo, les demostró a aquellos que se creen dueños de todo, que el fútbol vibra distinto. Que las bravuconadas y traiciones pueden quedar atrás, cuando en una cancha se deja todo. Y si hoy Central tiene chances de seguir en primera división, es por su grandeza como jugador.
El partido se presentó mejor para Newell´s. Fue más inteligente, explotaba bien la subida de Vangioni, el buen andar de Mauro Formica, y los delanteros obligaban por potencia. Así fue sumando chances de gol. Avisó Salcedo, de cabeza, a los 6 minutos. A los 17, empezó el show de Broun: con esfuerzo despejó un zurdazo violento de Vangioni.
Pero a los 21, llegó la apertura del marcador. Bernardi, frente a la pasividad de los rivales, jugó rápido un tiro libre para Formica, que se acomodó y sacó un derechazo desde 30 metros que se metió contra el palo derecho. Golazo. Un minuto después, Salcedo no pudo definir tras recibir una pared de Formica. Newell´s atacaba, hacía daño, pero no concretaba.
A los 27, tras una escapada de Pillud, Broun le achicó con todo el cuerpo a Armani y evitó el segundo. Todo era del conjunto dirigido por Sensini. Todo. Central apenas inquietó con disparos desde fuera del área del Kily, Danelón y Borzani.
En el segundo tiempo, el Kily sacudió la modorra de su equipo. Envió el mensaje que un clásico se juega con dientes apretados, y que irse de la cancha sin dejar todo no está bien. Por eso, desde sus ganas, Central creció, aunque chocaba una y otra vez con la sólida defensa rojinegra. Schiavi era el abanderado de la resistencia y, de esa manera, Peratta no pasaba sobresaltos.
Central extrañó decididamente a Ezequiel González durante todo el partido, ya que no encontró fluidez en su juego. Iba por obligación, pero moría en centros. Newell´s, como en todo el campeonato, generó situaciones. Bien pudo definir el encuentro, pero Armani y Salcedo se chocaron una y otra vez contra Broun, que evitó la caída de su arco.
Sensini dispuso el ingreso de Quiroga por el lesionado Formica y armó dos líneas de cuatro para cerrar el partido . Newell´s se recostó demasiado sobre su campo y aguantaba los embates canallas. Pese a ello, el local sólo llegó con un cabezazo de Zelaya. Pero a los 35, Central viajó desde la profundidad y la desesperación hasta lo más alto de la felicidad . Un pelotazo de Ribonetto fue bien peinado por Vizcarra, y Zelaya, en la única oportunidad del partido, cabeceó al gol.
Central explotó de felicidad; Newell´s, de bronca. Hubo algún intento más del local, pero sin claridad. Broun le tapó a Armani el segundo tanto, por si hacía falta confirmar su gran partido.
El clásico se vivió con el nivel de adrenalina que revienta corazones. Antes, durante y después. En el balance, Newell´s se fue frustrado. Central feliz, aunque sabiendo que a la salvación le quedan seis estaciones de un vía crucis.

El Kily dijo que contó hasta diez para no fastidiarse
El Kily González, una de las figuras de Rosario Central, opinó: "Cuando no se puede ganar, es importante no perder. Todos sabemos que el punto vale, pero ahora tenemos que ganarle a Lanús el viernes. Nos costó encontrar el partido, y tuve que contar hasta diez para no fastidiarme y seguir concentrado cuando no se daban las cosas".

LA ESTADISTICA Héctor Baldassi dirigió su sexto clásico en Rosario
El árbitro Baldassi, de regular tarea, dirigió seis clásicos en Rosario. Dos de ellos los ganó Central (Apertura 2002 y Clausura 2003), dos Newell´s (Clausura y Apertura 2008) y dos fueron empates.


LA FRASE I Zelaya: "Fue el gol más importante de mi carrera"
Emilio Zelaya, delantero de Central, opinó: "Pude convertir mi primer tanto en un clásico. Es el gol más importante de mi carrera, el que siempre soñé, pero igual me queda la espina porque al final lo pudimos haber ganado".


LA FRASE II Mauro Formica: "Debimos ganar por dos o más goles"
Mauro Formica, autor del golazo de Newell´s, dijo: "Me voy con bronca porque tuvimos muchas situaciones y debimos ganar por dos o más goles".
Correción del Blog: la última lesión del Kily no fue ante Tigre, si no ante Independiente.
Ana Carnovale.

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