
Cristian González ocupó el primer puesto de la trinchera a la hora de arremangarse y luchar cada pelota con el corazón en la mano en la ardua misión de dejar a Central en primera. Volvió a demostrar que es el jugador con mayor jerarquía del plantel y cuando el equipo más lo necesitó sacó a relucir su estirpe de caudillo. No había jugado un buen partido en Córdoba, pero en la tarde del Gigante infló el pecho y bajo presión capeó el temporal cuando Belgrano amagaba con torcer la historia.
Sin brillar, pero como un león de mil batallas, el Kily siempre le dio un destino prolijo a la pelota. Tuvo lucidez para retener el balón rodeado por los rivales y generó reiteradas infracciones a favor de Central. Fue el bastión de la resistencia canalla cuando asomaba la revolución pirata. Ni bien abrió el marcador Maldonado, el capitán levantó la mirada y comandó la respuesta. Luego del saque del medio, Franzoia la cedió al Kily y el experimentado volante sorprendió a Olave con un disparo desde afuera. Zelaya hizo su parte luego del rebote del arquero y empató la chapa.
“Central no se merecía llegar a esto de pelear por conservar la categoría, porque es un club con mucha historia. Hicimos sufrir a mucha gente. Logramos nuestro objetivo de seguir en primera”, dijo el Kily tras el partido.
El volante se refirió a su futuro y reiteró que su intención es terminar la carrera en Arroyito: “No sé qué pasará. Terminé mi contrato. Primero vamos a ver cómo se acomodan las cosas para ver qué hago. Siempre dije que me quiero retirar acá. Me debo a mí y a la gente pelear un campeonato con Central”.
Matías Escobar no tuvo empacho en admitir lo que significa el Kily para el plantel. “Hubo un líder que supo manejar esto y es Cristian González. Se cargó al grupo al hombro”, sostuvo el volante central.
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